En esta España siempre dual y
encarnizada en sus diferencias, tuvo lugar un debate poético en pleno s.
XVI: el que enfrentó a los poetas tradicionalistas con los innovadores,
partidarios éstos de adoptar y adaptar los temas (el amor petrarquista,
la naturaleza, etc.) y metros
(el verso endecasílabo, el terceto, el soneto, etc.) que la
incomparable brillantez del Renacimiento italiano nos traía. El poeta
Juan Boscán, paseando un día de 1526 por los jardines del Generalife,
tuvo una histórica entrevista con Andrea Navaggero, embajador de Venecia
en la corte granadina del Emperador Carlos V.
El italiano invitó al poeta a experimentar las nuevas
formas de poesía italianizante. Se considera el momento fundacional de
la lírica renacentista española, que hallaría en Garcilaso de la Vega
una de las máximas cumbres de nuestra literatura.
El propio Boscán lo contaba en una carta a la Duquesa de Soma, que Menéndez Pelayo califica de manifiesto de escuela. El texto (con ligeras adaptaciones ortográficas al castellano actual) dice así:
“Estando
un día en Granada con el Navagero, tratando con él en cosas genio y de
letras y especialmente en las variedades de muchas lenguas, me dijo por
qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas
usadas por los buenos autores de Italia, y no solamente me lo dijo así
livianamente, mas aún me rogó que lo hiciese. Partíme pocos días después
para mi casa,
y con la largueza y soledad del camino, discurriendo por diversas
cosas, fui a dar muchas veces en lo que el Navagero me había dicho. Y
así comencé a tentar este género de verso, en el cual al principio hallé
alguna dificultad por ser muy artificioso y tener muchas
particularidades distintas del nuestro. Pero después, pareciéndome quizá
con el amor de las cosas propias que esto comenzaba a sucederme bien,
fui paso a paso metiéndome con calor en ello. Mas esto no bastara a
hacerme pasar muy adelante, si Garcilaso con juicio, el cual no
solamente en mi opinión, mas en la de todo el mundo, ha sido tenido por
regla cierta, no me confirmara en esta mi demanda. Y alabándome muchas
veces este mi propósito y acabándomele de aprobar con su ejemplo, porque
quiso él también llevar este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos
ociosos en esto más fundadamente” (ALBORG, Juan Luis, “Historia de la Literatura Española”, Vol. 1, Editorial Gredos, Madrid, 1972).
Resulta curioso que, en los tiempos más convulsos y críticos, la poesía siga generando tan apasionados debates.
(José Luis Garzón Cardenete y Alberto Granados Palacios)
En: http://granadablogs.com/granadarecuerdasuscosas/tag/carta-de-boscan-a-la-duquesa-de-soma/
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