BIOGRAFÍA
Garcilaso de la Vega nació en
Toledo en
1501 y era de familia noble. Tomó parte en varias expediciones militares en
la Isla de Rodas, en Grecia, contra los turcos; y en Francia en 1522. Estuvo en Italia, en Bolonia. Fue herido por los turcos en Túnez en 1534. En Provenza se lanzó sin casco ni coraza al frente de sus soldados, fue herido en la cabeza por una piedra del enemigo y, subsiguientemente, murió pocos días después en
Niza, Francia, en octubre de
1536, a los
35 años de edad.
Garcilaso se casó en 1525 con doña
Elena de Zúñiga, matrimonio que no le trajo la felicidad. Un año después conoció a doña
Isabel Freyre, dama portuguesa de la emperatriz
Isabel de Avis(Casa de Portugal) de quien se enamoró perdidamente y que había de tener gran influencia en su obra poética. Es la
Elisa de sus versos.
Garcilaso de
la Vega es, en lo humano, la más perfecta encarnación del ideal del
cortesano renacentista, tal como lo había definido
Castiglione. Era hombre de gran atractivo personal, tanto por su aspecto físico como por su carácter, su inteligencia, y sus condiciones de hombre de mundo. Fue la cabal fusión del hombre de
armas y de letras (
sapientia et fortitudo;
a gentleman and a scholar). Como escritor, realizó la obra poética que mayor trascendencia ha tenido en la lírica castellana. Sabía a la perfección el
griego, el
latín, el
italiano y el
francés. Hombre universal, vivió en su corta vida toda una carrera de amores, de heroísmos, de creación intensa, de acción real y de platónicos idealismos.
OBRAS POÉTICAS
Fueron publicadas por primera vez siete años después de su muerte, formando un
IV libro en la edición barcelonesca de
Boscán de
1543. Sólo en
1569, después de 19 ediciones de la obra conjunta de los dos introductores del italianismo, se publicó en
Salamanca la primera edición aparte de la obra poética de Garcilaso. En 1574, el famoso catedrático de Retórica de Salamanca,
Francisco Sánchez, el
Brocense, publicó su primera edición anotada de las obras del toledano, convertido en un clásico indiscutible. En 1580 publica
Fernado de Herrera una nueva edición comentada. En 1622, el erudito toledano
Tomás Tamayo de Vargas hace imprimir otra nueva edición comentada de Garcilaso. Finalmente, en 1765, el diplomático aragonés
Jose Nicolás de Azara publica su edición comentada de las obras del poeta de Toledo.
Tomás Navarro Tomás editó en 1911 las obras de Garcilaso, basándose en la de Herrera de 1580. El hispanista hispanoamericano
Hayward Keniston publicó en 1925 la primera edición crítica de las obras de Garcilaso.
Elias L. Rivers publicó una nueva edición crítica en 1964, en Madrid y
la Ohio State University (Columbus, Ohio).
A pesar de su enorme importancia, la obra poética de Garcilaso es de reducida extensión. Consta de
3 églogas,
2 elegías,
1 epístola,
5 canciones,
38 sonetos y unas pocas composiciones breves a la manera tradicional. Escribió también
3 odas en latín. Las tres églogas representan lo más perfecto de la poesía de Garcilaso. Las tres fueron compuestas durante una estancia del poeta en Nápoles.
Los
sonetos se desenvuelven por lo común en torno al
tema del amor. Merecen destacarse los que empiezan: «O dulces prendas, por mi mal halladas» (núm. 10), «Si quejas y lamentos pudieron tanto» (núm. 15), «En tanto que de rosa y azucena» (núm. 23), «Estoy contino en lágrimas bañado» (núm. 38), «Pensando quel camino iba derecho» (núm. 17), «De aquella vista pura y excelente» (núm. 8), «
A Dafne ya los brazos le crecían» (núm. 13). El soneto 25
(«¡Oh hado secutivo en mis dolores»)
aspira a la visión perdurable de la belleza femenil glorificada.
Entre sus
5 canciones sobresale la quinta, «Si de mi baja lira» («Ode ad florem Gnidi»), dirigida a doña Violante Sanseverino, dama hermosísima del barrio Nido de
Nápoles, de quien se había enamorado su amigo
Mario Galeota; como la dama se mostrase esquiva, Garcilaso trató de interesarla en favor de su amigo. La palabra con que termina el primer verso, «si de mi baja
lira», ha dado nombre a este tipo de estrofa, utilizadas entonces por primera vez en castellano.
Temàtica
la obra de Garcilaso gira preferentemente en torno al
amor. La pasión inspirada por doña Isabel Freyre motivó los más bellos y sentidos versos del poeta, referidos a dos circunstancias principales: el casamiento y la muerte de Isabel. Sentimiento también muy característico de Garcilaso, afin al amoroso, es el de la
amistad. Influencia de
Petrarca: la pasión es profunda melancolía, delicada ternura, sutil análisis de los estados afectivos. Motivos: el amor no correspondido, la muerte de la mujer amada. Llega a la exaltación. Su pasión fue auténtica. Nunca antes de Garcilaso se había cantado el amor en español con tanta sinceridad, con elementos poéticos tan puros, tan equilibrados, tan perfectos, y tan conmovedores. Por detrás de sus palabras hay un desgarro de emoción, un borboteo represado que algunos piensan
supera a Petrarca. Hay una infinita nostalgia y una dulce esperanza que late en el corazón del poeta. Garcilaso infundió en su verso un hálito de emoción, un alma. Inaugura la nueva sensibilidad en la poesía española y europea. Hay una melancolía que nace del conflicto entre el ideal soñado y las impurezas y sinrazones de la realidad. En la desventura de su amor, el poeta desea libertarse de una vergonzosa esclavitud y se debate entre la rebeldía y la aceptación. Lo que predomina en sus versos es la actitud de estoica superioridad, esa firmeza que acepta el dolor con todas sus consecuencias como fatalidad ineludible. Es un dolor pudoroso que quiere recatarse y que en muchas ocasiones se escuda bajo la máscara pastoril. El poeta huye de la exageración. Quiere objetividad, medida, equilibrio, estoica serenidad frente al dolor, estoica sumisión ante lo inevitable, sentimiento contenido y profundo, expresión sobria e inmóvil.
Al lado del amor, el sentimiento de la
naturaleza llena los versos de Garcilaso, sobre todo en las églogas. Es una naturaleza «a
la Sannazaro»,
convencional, artificiosa, poéticamente estilizada. la naturaleza es el modelo de toda perfección. El paisaje de España, y más concretamente el de su Toledo natal, constituye el fondo de todas sus descripciones bucólicas, y en las orillas del Tajo. El paisaje en sí mismo es ya materia de belleza, tema esencial, protagonista en la poesía de Garcilaso.
Estilo
La poesía de Garcilaso se caracteriza por su
musicalidad, su elegancia, la suave
cadencia de sus versos, la claridad, la selección de vocablos, la mesura y sobriedad, lejos de toda afectación y toda retórica.
Imitación
El número de versos derivados de todas sus fuentes constituye la cuarta parte del poema. Pero Garcilaso no copia sino que reelabora, vivifida, recrea. Según Menéndez Pidal, en «El lenguaje del siglo XVI», la norma lingüística de Garcilaso consiste en emplear términos no nuevos ni desusados de la gente, pero a la vez muy cortesanos y muy admitidos de los buenos oídos. Es decir,
naturalidad y selección: criterio bien diferente del de cultismo y afectación de
Pierre Ronsard (1524-1585) y los franceses. O en palabras de Isabel
la Católica: «buen gusto».
Dos rasgos que suelen destarcarse en la personalidad de Garcilaso son la
ausencia de resonancias bélicas en su obra, a pesar de su carácter militar y de su intensa dedicación a la tarea de las armas. El segundo es su
carácter esencialmente laico. Según Azorín (
Los dos Luises y otros ensayos): «De todos los poetas españoles de los siglos XVI y XVII, Garcilaso es el único que no haya escrito ni un sólo verso de asunto religioso. No estaba la poesía religiosa dentro de su temperamento».
En su tiempo, se le consideró a Garcilaso como
clásico, y tuvo sus comentaristas en el Brocense y Herrera. Aun en su siglo, su poesía fue vuelta
a lo divino por
Sebastián de Córdoba en 1575, para convertir sus versos en materia cristiana y religiosa. Se estudiaba a Garcilaso como se estudiaban a Homero y Virgilio. La claridad de su poesía fue contrapuesta a la oscuridad de los poetas cultos como Góngora. Fue propuesto como modelo de la poesía en el siglo
XVIII por Azara. En el XIX, Garcilaso afecta al poeta Bécquer y a los modernos: Pedro Salinas, Rafael Alberti, y José García Nieto.
Imitación, innovación y reescritura a lo divino:
Petrarca. Soneto 298:
Quand'io mi volgo in dietro a mirar gli anni
c'hanno fuggendo i miei pensieri sparsi,
e spento'l foco, ove agghicciando io arsi
e finito il riposo pien d'affanni,
rotta la fe de gli amorosi inganni,
e vol due parti d'ogni mio ben farsi,
l'una nel cielo, e Paîtra in terra starsi
e perduto il guadagno de' miei danni,
i' mi riscuoto, e trovomi sí nudo,
ch'i porto invidia ad ogni estrema sorte:
tal cordoglio e paura ho di me stesso.
O mia Stella, o fortuna, o fato, o morte,
o per me sempre dolce giorno e crudo,
come m'avete in basso stato messo!
Luis Rosales, Estudios sobre el Barroco (Madrid: Trotta, 1997) 59. |
Garcilaso de la Vega. Soneto 1:
Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por do m'han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino 'stó olvidado,
a tanto mal no sé por do he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar comigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme
si quisiere, y aún sabrá querello;
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?
Garcilaso de la Vega, Obra poética y textos en prosa, ed. B. Morros (Barcelona: Crítica, 1995) 12. |
Sebastián de Córdoba. (1575):
Quando me paro a contemplar mi estado
y a ver los passos por do me á traído,
hallo, según que anduve tan'perdido,
que uviera merecido ser juzgado;
baxando de la gracia en baxo estado
estava de mis culpas tan herido
que quien me viera fuera conmovido
a me llamar, con lástima, "cuytado";
Mas la esperança me entregó (sin arte)
a quien puede (mirándome) sanarme,
y cierto como puede es el querello,
que pues la vida puso por librarme,
y él sólo puede darla por su parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hazello?
Sebastián de Córdoba, Garcilaso a lo divino, ed. crítica de Glen R. Gale (Madrid: Castalia, 1971) 93. |
POEMAS DE GARCILASO
En tanto que de rosa y azucena
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
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Estructura y métrica:
Soneto compuesto por catorce versos endecasílabos de rima consonante ABBA, ABBA, CDE, DCE . Los versos se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. El primer cuarteto recrea la juventud y belleza de la dama, y el segundo cuarteto amplifica y desarrolla el mismo tema . El primer terceto reflexiona sobre la idea central (la exhortación a disfrutar el presente) vinculándolo al tema de los cuartetos (antes de que el tiempo destruya la juventud y la belleza). El terceto final concluye con una reflexión grave los versos anteriores (el tiempo todo lo destruye) . El poema se ajusta a la estructura del soneto clásico en que se presenta una introducción, un desarrollo y una conclusión que, de algún modo, da sentido al resto del poema.
Tema
El soneto aborda el concepto filosófico de la brevedad de la vida, sin embargo en su desarrollo poético notamos el cambio de mentalidad producido en el paso de la Edad Media al Renacimiento. El poeta no se lamenta de esa brevedad, si no que,consciente de ella, aconseja gozar les placeres de la juventud antes de que el tiempo la destruya.
Recursos retóricos
El ritmo del poema es pausado, no expresa urgencia. Supone una invitación tranquila a disfrutar de la juventud y de la belleza mientras éstas duren.
♦ Prosopografía (descripción física de la dama) ” En tanto que de rosa y azucena (Metonimia “color” de la rosa y la azucena).
♦ Etopeya (descripción moral de la dama) ” mirar ardiente, honesto …” .
♦ Prosopografía y etopeya conforman el “retrato” de la dama.
♦ Enumeración: “mueve, esparce y desordena”.
♦ Anáfora: “ En tanto … “ (verso 1) “y en tanto …” (verso 5).
♦ Metáforas: “oro” (del color del cabello de la dama).
“rosa y azucena” (el color de las mejillas de la dama y su tez blanca).
♦ Símbolos: ROSA (juventud, belleza, pasión), AZUCENA ( pureza, honestidad). Valor simbólico de los colores “rojo” y “blanco”.
♦ Tópicos literarios : “Carpe diem“ : Coged de vuestra alegre primavera/ el dulce fruto … Invitación al goce de los años de juventud (= día) y al aprovechamiento del momento, antes de que el inevitable paso del tiempo nos conduzca a la vejez y a la muerte.
♦ “alegre primavera”: metáfora de “juventud”.
♦ ”edad ligera”: tiempo fugaz.
♦ “ Collige, virgo, rosas” (Coge, virgen, las rosas …) . Carácter irrecuperable de la juventud y la belleza. Invitación a gozar del amor antes de que el tiempo robe nuestros mejores años.
♦ “Descriptio puellae”. Los dos primeros cuartetos siguen los cánones renacentistas de la “descriptio puellae” (descrición de la doncella) centrada en el rostro de la dama (“gesto”).
♦ ” Fugit irreparabile tempus“ ( el tiempo pasa irremediablemente). Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición fugaz de la vida humana : “marchitará la rosa el viento helado …”.
♦ ”antes que el tiempo airado/ cubra de nieve (metáfora de “cabello blanco”) “la hermosa cumbre” (metáfora de cabellera).“dulce fruto” metáfora del amor.
♦ “Todo mudará la edad ligera” : El tiempo todo lo cambia.
♦ Hipérbaton: Marchitará la rosa el viento helado (V-CD-Suj.)
♦ Antítesis: enciende/refrena.
♦ Encabalgamiento: en la vena/del oro
♦ Epítetos: “hermoso”, “blanco”, “enhiesto” (cuello) / “hermosa cumbre”.
♦ Campos léxicos antitéticos:
ardiente/color/luz/primavera/dulce fruto.
tiempo airado/nieve/marchitará/helado.
Fuentes literarias
“En tanto que de rosa y azucena” glosa el tópico literario del “carpe diem” que deriva de la Oda IV de Horacio y del “Collige, virgo, rosas” de Ausonio, no obstante, se ha especulado con la posibilidad de que la dama pudiera tener un referente real más allá del tópico literario de la “dona angelicata”.
Contextualización del poema
Durante su breve carrera cortesana y militar, Garcilaso no publicó ninguna poesía suya. Al morir a los 35 años de edad, llegó naturalmente a ser su albacea literario su amigo y colaborador poético Juan Boscán. Éste reunió todos los manuscritos garcilasianos que pudo encontrar, y al publicar sus propias poesías, les añadió como apéndice las de Garcilaso: Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega se editó en Barcelona en 1543, casi siete años después de morir el poeta.
¿ELENA, ISABEL Y BEATRIZ?
En la corte de Valladolid, Garcilaso conoció a la que se convertiría en su mujer legítima, doña Elena de Zúñiga, que figuraba entre las damas de doña Leonor de Austria, hermana de Carlos V. Todo un partido, por lo tanto, que le acercaba al Emperador a través de su hermana favorita. La corte era en aquellos días un hervidero de actividades festivas en donde el poeta brillaría con luz propia. Allí debió cautivar a la joven Elena e incluso a la propia doña Leonor, que aprobaría de inmediato la elección, si es que no eligió ella misma al joven caballero como pretendiente idóneo para su dama portuguesa.
Garcilaso viajó a Portugal, donde permanecía exiliado su hermano, el excomunero Pedro Laso, para organizar el matrimonio de éste con una de las damas de Isabel de Portugal, la prometida del césar. La dama escogida fue la bella Beatriz de Sá, cuyas gracias, unánimemente alabadas por sus contemporáneos, no le tuvieron que pasar desapercibidas a Garcilaso, incluso se ha venido a suponer recientemente por la investigadora Carmen Vaquero que pudieron prender la llama de un amor tan intenso como prohibido. Sea como fuere, allí estaba también, acompañando a la futura Emperatriz, la que tradicionalmente se ha venido suponiendo la musa de sus encendidos y lamentosos versos: Isabel Freire.
¿Quién, en verdad, fue la fuente de un amor que, por una u otra causa —amor prohibido, truncado por la muerte o despectivo—, hicieron sufrir e inspiraron la vena poética de nuestro mejor lírico? El misterio extiende su secuela de conjeturas sobre este debatido asunto, en torno a estos tres nombres de mujer: Isabel, Beatriz y Guiomar.
http://nomesjoana.wordpress.com/2011/11/05/en-tanto-que-de-rosa-y-azucena-garcilaso-de-la-vega-soneto-xxiii/
ODE AD FLOREM GNIDI
1.
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento,
2.
y en ásperas montañas
con el süave canto enterneciese
las fieras alimañas,
los árboles moviese
y al son confusamente los trujiese:
3.
no pienses que cantado
seria de mí, hermosa flor de Gnido,
el fiero Marte airado,
a muerte convertido,
de polvo y sangre y de sudor teñido,
4.
ni aquellos capitanes
en las sublimes ruedas colocados,
por quien los alemanes
el fiero cuello atados,
y los franceses van domesticados;
5.
mas solamente aquella
fuerza de tu beldad seria cantada,
y alguna vez con ella
también seria notada
el aspereza de que estás armada,
6.
y cómo por ti sola
y por tu gran valor y hermosura,
convertido en vïola,
llora su desventura
el miserable amante en tu figura.
7.
Hablo d’aquel cativo
de quien tener se debe más cuidado,
que ’stá muriendo vivo,
al remo condenado,
en la concha de Venus amarrado.
8.
Por ti, como solía,
del áspero caballo no corrige
la furia y gallardía,
ni con freno la rige,
ni con vivas espuelas ya l’aflige;
9.
por ti con diestra mano
no revuelve la espada presurosa,
y en el dudoso llano
huye la polvorosa
palestra como sierpe ponzoñosa;
10.
por ti su blanda musa,
en lugar de la cítera sonante,
tristes querellas usa
que con llanto abundante
hacen bañar el rostro del amante;
11.
por ti el mayor amigo
l’es importuno, grave y enojoso:
yo puedo ser testigo,
que ya del peligroso
naufragio fui su puerto y su reposo,
12.
y agora en tal manera
vence el dolor a la razón perdida
que ponzoñosa fiera
nunca fue aborrecida
tanto como yo dél, ni tan temida.
13.
No fuiste tú engendrada
ni producida de la dura tierra;
no debe ser notada
que ingratamente yerra
quien todo el otro error de sí destierra.
14.
Hágate temerosa
el caso de Anajárete, y cobarde,
que de ser desdeñosa
se arrepentió muy tarde,
y así su alma con su mármol arde.
15.
Estábase alegrando
del mal ajeno el pecho empedernido
cuando, abajo mirando,
el cuerpo muerto vido
del miserable amante allí tendido,
16.
y al cuello el lazo atado
con que desenlazó de la cadena
el corazón cuitado,
y con su breve pena
compró la eterna punición ajena.
17.
Sentió allí convertirse
en piedad amorosa el aspereza.
¡Oh tarde arrepentirse!
¡Oh última terneza!
¿Cómo te sucedió mayor dureza?
18.
Los ojos s’enclavaron
en el tendido cuerpo que allí vieron;
los huesos se tornaron
más duros y crecieron
y en sí toda la carne convertieron;
19.
las entrañas heladas
tornaron poco a poco en piedra dura;
por las venas cuitadas
la sangre su figura
iba desconociendo y su natura,
20.
hasta que finalmente,
en duro mármol vuelta y transformada,
hizo de sí la gente
no tan maravillada
cuanto de aquella ingratitud vengada.
21.
No quieras tú, señora,
de Némesis airada las saetas
probar, por Dios, agora;
baste que tus perfetas
obras y hermosura a los poetas
22.
den inmortal materia,
sin que también en verso lamentable
celebren la miseria
d’algún caso notable
que por ti pase, triste, miserable.
ODA A LA FLOR DE GNIDO – CANCIÓN V (Garcilaso de la Vega)
La
oda es un subgénero lírico y una composición
poética
de tono elevado o cantado, que trata asuntos diversos entre los que se
recoge una reflexión del poeta. Según el tema que se cante, puede ser
religiosa, heroica, filosófica, amorosa. En general se aplica a todo
poema
destinado a ser cantado. Se utiliza también para hacer alabanzas a
cualidades que poseen personas u objetos que el poeta quiere destacar
positivamente.
Antiguamente se cantaba con el acompañamiento de un instrumento musical. En la
Antigua Grecia donde tiene sus principios, existían dos tipos de odas: las
corales y las cantadas por una sola voz (
monodia).
Píndaro compuso odas a los dioses, héroes y atletas. Las de
Alceo de Mitilene celebraban las virtudes militares y a los guerreros y las de
Safo, a los amantes y el amor;
Anacreonte
se sirvió de ellas para aplaudir los placeres de la mesa y del amor.
Entre los latinos se desarrolló un estilo particular, en el que descolló
Horacio, basado en una mezcla de los estilos de Anacreonte y Píndaro.
[cita requerida]
***
Lira es un tipo de
estrofa de cinco versos de la
métrica española
e italiana, compuesta de tres versos heptasílabos (siete sílabas) y dos
endecasílabos (once sílabas) con la siguiente disposición: 7a 11B 7a 7b
11B:
-
- "O pastori felici
- che d'un piciol poder lieti e contenti,
- havete i cieli amici;
- e lungi da le genti
- non temete di mar'ira o di venti" ("Loda de la vita pastorale", Rime, 1560)
En la lírica española fue introducida por su amigo el poeta toledano
Garcilaso de la Vega
en su "Oda a la flor de Gnido", que compuso cuando se hallaba en
Nápoles entre 1532 y 1536. Esta forma estrófica tomará el nombre del
término
lira que aparece en el primer verso del poema:
-
- "Si de mi baja lira
- tanto pudiese el son que en un momento
- aplacase la ira
- del animoso viento
- y la furia del mar y el movimiento..."
Esta estrofa, que Garcilaso usó solamente una vez, será empleada repetidamente por
Fray Luis de León
para sus odas horacianas, si bien éste ensayó también distintas
combinaciones breves de heptasílabos y endcasílabos que llamaba también
liras;
San Juan de la Cruz,
que fue discípulo suyo en Salamanca, llevó esta estrofa a su
perfección; después su uso será constante, aunque no es una de las
estrofas más utilizadas.
***
Estando
en Nápoles, un amigo de Garcilaso, Mario Galeota, le pidió que le
escribiera una canción dedicada a doña Violante Sanseverino, de quien
estaba enamorado. El poeta accedió y escribió su “Oda a la flor de
Gnido” en la que invoca a la dama rogándole que corresponda a su galán, y
le recuerda el caso de ninfa Anaxárete, a quien los dioses convirtieron
en piedra por no amar.
El verso inicial «Si de
mi baja lira» contiene el término en adelante asignado a la estrofa característica de
la oda, la lira de heptasílabos y endecasílabos combinados, en número de cinco,
según el esquema aBabB. Este metro, equivalente al tetrástico horaciano, toma como
modelo una de las estrofas ensayadas por Bernardo Tasso en las odas de los Amori (en
concreto el volumen editado en 1534), primera adaptación vernácula del género
que sin duda conoció Garcilaso. Por sus características estructurales y rítmicas,
inherentes a su brevedad, la lira se convirtió en el vehículo óptimo en la ulterior
transmisión de la oda.
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Escrito está mi alma en vuestro gesto
Escrito está en mi alma vuestro gesto 1
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto. 2
En esto estoy y estaré siempre puesto; 3
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero; 4
cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
1 escrito: impreso, grabado : gesto: cara, rostro
2 Es decir, “cuando quiero recordar vuestro rostro, estoy tan solo que incluso me escondo de vos”. El poeta hace lo imposible por mantener su amor en secreto, a fin de no perjudicar la reputación de su amada.
3 ” A esto estoy y estaré siempre dedicado”.
4 hábito: “vestido”; el poeta insiste en la identificación de amor y fe, pues la palabra “hábito” se aplica sobre todo a la indumentaria de los religiosos.
(INTRODUCCIÓN)
Esta composición lírica es una de las mejores y más conocidas del poeta toledano Garcilaso de la Vega (1501-1536), introductor, junto con Boscán, de la lírica renacentista de influencia italiana y máximo exponente de este movimiento poético durante la primera mitad del siglo XVI. Garcilaso representa al perfecto cortesano renacentista del que hablaba Baltasar de Castiglione, pues conjuga en su persona “armas y letras”. Considerado como el primer poeta moderno por su tratamiento del tema amoroso, cultivó una poesía intimista, melancólica, cuyo estilo se caracteriza por la claridad, la naturalidad y el buen gusto.
Su producción literaria, exclusivamente poética, es breve; en metros italianistas: tres églogas, dos elegías, cinco canciones, una oda, una epístola y treinta y ocho sonetos. El poema que nos ocupa es el soneto XXIII y está dedicado probablemente a Isabel Freyre, dama portuguesa de la reina y musa de su poesía. Este poema lírico, perteneciente a su época de plenitud (iniciada a partir de 1532), demuestra el perfecto manejo del arte italianista que poseía Garcilaso. (INTRODUCCIÓN IGUAL QUE EL ANTERIOR COMENTARIO)
(ANÁLISIS DEL CONTENIDO:TEMA Y ESTRUCTURA)
En cuanto al tema del soneto que nos ocupa, observamos que es la descripción del sentimiento amoroso del poeta hacia una mujer. Por ello, aparece ya desde el primer verso los distintivos del emisor (mi) y la destinataria de tan exaltada composición (vuestro). Catáforas de los repetitivos yo y vos (este último, evidenciando la época en que fue escrito el poema, s.XVI), de los versos siguientes: 2,3,9,... En todo momento, la amada es la responsable del nacimiento de ese sentimiento (vos sola lo escribisteis), lo que le confiere unas cualidades que la elevan por encima de los demás seres (amor platónico). Esta forma de tratar el asunto amoroso se relaciona, asimismo, con la poesía petrarquista. Y alcanza su punto más alto, en el segundo cuarteto, al vincular el amor hacia esa mujer con la fe. Igualmente, y contrapuesto a lo antes mencionado, el hombre, es un ser pasivo, que se ve obligado a amarla por la fuerza de ese sentimiento que genera ella (yo lo leo/tan sólo; yo no nací sino para quereros).
Si analizamos el poema, en su estructura interna distinguimos:
a) vv. 1-4: Descripción de cómo su amada lo abarca todo en él. Desbordamiento total del sentimiento que le profesa. Está en su alma (v.1) y, por tanto, controla su cuerpo, su mente, su raciocinio, su voluntad. Dueña de su ser y actos. No tiene el poder de crear, solo de describir (pese a la conciencia de creadores que tienen los artistas en el siglo XVI).
b) vv. 4-8: Intemporalidad de su amor. Admiración hacia ella, lo que sus ojos ven sobrepasa su entendimiento pero le hace bien, esto le lleva a ejercitar la fe como medida equilibrante. La fe que se necesita para creer en la perfección de Dios, es necesaria ahora para poder creer la perfección de la dama.
c) vv. 9-11: Su razón de vivir. Su alma ya no está desnuda, ella es su vestimenta, su adorno, su acabado. No hay soledad.
d) vv. 12-14: Agradecimiento de que su vida y muerte le pertenezcan. Ve a la mujer en un plano superior. Se habla con un lenguaje religioso: pone su vida bajo la voluntad de su amada.
Se suele tomar el soneto como un texto poético de carácter argumentativo, en el que se presenta una idea (aquí, primer cuarteto); se desarrolla (segundo cuarteto y primer terceto) y se concluye (última estrofa). Entre los cuartetos, esta relación temática se comprueba en este caso con el uso del anafórico esto (vv.4 y 5). Como ya ha sido explicada la idea principal en el párrafo anterior, nos detendremos ahora en fijarnos en qué elementos dotan de cohesión al poema.
(MÉTRICA)
En lo que respecta a la métrica, el soneto está formado por dos cuartetos y dos tercetos, compuestos por versos endecasílabos, de arte mayor. Su rima es consonante. Su esquema métrico es 11A, 11B, 11B, 11A; 11A, 11B, 11B, 11A; 11C, 11D, 11E; 11C, 11D, 11E.
(ANÁLISIS PLANO FÓNICO, MORFOSINTÁCTICO Y SEMÁNTICO)
(Plano fónico: RECURSOS LITERARIOS)
Todo el soneto supone una hipérbole o exageración de la presencia de la amada en la vida del poeta. Sin embargo no es una exageración que sobrepase los límites del equilibrio.
Empieza adentrándose en la espiritualidad del hombre, no se acoge a ninguna referencia carnal sino a espiritual: lo eterno (alma). No es un amor carnal, físico sino una adoración. En el primer verso destaca un hipérbaton Escrito está en mi alma vuestro gesto. Dos posibles intenciones son: darle un sentido más lejano al tiempo: “Está escrito” (frase del evangelio) y destacar gesto, una metonimia que representa a la amada. En el primer cuarteto destaca el juego entre yo y vos, ella escribe, él lo lee. Ella ejecuta, él obedece. Se remarca con el encabalgamiento abrupto del tercer verso que resalta el verbo leo: el poeta no es creado, solo cuenta lo que ya existe: la belleza que le supera.
En el quinto verso utiliza el verbo presente y futuro para explicar lo eterno de su amorestoy y estaré siempre. Los adverbios de cantidad Tanto y Cuanto, que constituyen una aliteración, agrandan los conceptos. Retóricamente expresa la superioridad de la mujer que ama sobre él con la expresión “no cabe en mí”. Usa la fe como respuesta a su impotencia: muestra su religiosidad, para ello, el v.7 es otro hipérbaton que ensalza el verbo creo.
En el primer terceto destaca la palabra “hábito” que aquí se ajusta a la vestimenta, al recubrimiento de lo que está destapado, pero también a la costumbre de estar amándola todos los días en la distancia, desde el secreto. Además la personificación mi alma os ha cortado a su medida es una personificación. Equipara el alma con un sastre para seguir jugando con la metáfora del hábito. No nací sino para quereros del v.9 habla de la predestinación de una persona en su vida: querer, misión que cumple en el v.11.
El último terceto es una alegoría que representa la gratitud del poeta hacia la dama por haber otorgado sentido a su vida. Utiliza, pues, la alegoría: vida-muerte en pago a esa gratitud. Además resalta la anáfora por vos de los vv. 13 y 14. Su nacimiento (ya repetido en el v. 9) –como persona, amante y poeta- se lo debe a su dama. Y seguramente su muerte -si la dama no corresponde- también. Este último terceto es una sentencia que resume el contenido del soneto completo.
(PLANO MORFOSINTÁCTICO)
Hay un gusto por el juego verbal, ya que, por un lado, un mismo verbo se conjuga en personas e incluso tiempos diferentes: escribir (vv.1,2,3); querer (vv.9,11); morir (verso final). Por otro, se refuerza aquello que se desea expresar en el verso mediante laestructuración sintáctica bimembre (vv.5, 14), la antonimia (escribisteis-leo; nací-muero), la repetición (nací –vv.9,13; tengo vv.-12,13) y la sinonimia: no entiendo-creo ( tomando como base que “tener fe es creer aquello que no se entiende”).
Sintácticamente, llama la atención que el hipérbaton más abundante sea el que traslada el verbo principal al final de verso (vv.2,3,6,7,11) así como, la asíndeton(general en todo el poema) y el paralelismo-enumeración de los dos versos finales, cuyo significado se puede explicar a la luz de la repetida palabra clave: alma (vv.1,10,11). Donde prende el sentimiento amoroso (iniciado por el sentido de la vista –v.5) y que es lo que le da el verdadero sentido –vital- al enamorado (ella ha cortado a su medida lo queno cabe en él al contemplar a la mujer: su hermosura y perfección, tanto bien). De aquí, la misión última (por vos he de morir y por vos muero) de este remozado servicio de amor renacentista.
(PLANO SEMÁNTICO: localizar campos semánticos)
El tema del texto condiciona el uso de sustantivos y adjetivos relacionados con el amor y la fé. De esta forma encontramos teérminos relacionados con lo divino: alma, fé; también con lo terrenal: vida, muerte; y como no con el amor: deseo, gesto, quereros, quiero.
(CONCLUSIÓN)
A modo de conclusión, se puede decir que Garcilaso de la Vega coloca a su amada en un lugar por encima de él mismo y que, como dice en este soneto, vive y muere por ella. Ya no es Dios quien controla su vida, sino su dama. Ésta, marca la personalidad y la vida del poeta.
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¡Oh dulces prendas por mi mal halladas!
Tradicionalmente, se ha creído que este soneto fue inspirado por el fallecimiento de Isabel Freyre, dama portuguesa que pertenecía al séquito de la reina, y de la que Garcilaso estuvo enamorado desde 1526. El amor entre ambos fue puramente platónico, ya que tanto doña Isabel como Garcilaso estaban casados. Isabel Freyre murió al dar a luz a su tercer hijo, hacia 1533.
Soneto X
¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería,
juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas. 1
¿Quién me dijera, cuando en las pasadas
horas en tanto bien por vos me vía,
que me habíais de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?
Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por términos me distes,
llevadme junto el mal que me dejastes.
Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.
El poeta ha hallado, al parecer por pura casualidad, unas “prendas” de su amada, es decir, algún regalo que ella le entregó en señal de amor: un mechón de cabello, un pañuelo, una cinta, tal vez un guante … Las prendas desatan la tristeza del poeta porque le recuerdan la felicidad de que gozó junto a su amada, y que ya es irrecuperable. Su pena es tan grande que llega a acusar a las prendas de haberse confabulado con su propia memoria para matarlo de dolor.
Verso 6: “horas en que en tanto bien por vos me vía” (veía). Es decir, “cuando, en el pasado, tanta felicidad me dispensabais”.
Verso 10: ”todo el bien que por términos me distes”. El poeta se queja de que la felicidad llegó poco a poco (“por términos”) y, en cambio, se ha ido en un momento (“en una hora”).
OTROS APUNTES SOBRE EL POEMA
Este poema de Garcilaso de la Vega pertenece al conjunto de 38 sonetos escritos por él, durante la primera mitad del siglo XVI.
Su obra es exclusivamente poética y está influida por los grandes clásicos , el platonismo y Petrarca.
En 1534, con la noticia de la muerte de Isabel Freyre, empieza un cambio de rumbo en su obra. Precisamente, este soneto fue escrito poco después de la muerte de su amada.
Este soneto consta de dos cuartetos y dos tercetos encadenados, de versos endecasílabos y de rima consonante (ABBA/ABBA/CDC/DCD).
El tema principal es el gran sufrimiento ante la pérdida de su amada. En la primera estrofa exalta el dolor que siente ante el recuerdo de su amada. En la segunda recuerda la felicidad que ha pasado con ella antes de su muerte y la tristeza presente. Finalmente, en la tercera y cuarta estrofa, el autor realiza una petición desesperada de que el dolor le abandone, y si no se cumple su petición pensará que toda la felicidad vivida fue para llegar a la muerte.
En este poema se nos representan dos muertes. La de Isabel Freyre, pero a la vez, la del autor.
La influencia renacentista se observa en el tema: el dolor por la ausencia de su amor; i en la forma: el soneto . Aunque también esta presente la ideología teocentrista medieval (en el primer cuarteto: dulces y alegres cuando Dios quería).
Utiliza un lenguaje sencillo y natural que se observa a través de los contrastes que aparecen en todo el poema. Hay una exclamación en la primera estrofa y una interrogación retórica en la segunda.
antítesis (dulces prendas por mi mal halladas, pasadas horas que tanto bien, todo el bien junto el mal, tantos bienes memorias tristes.) que utiliza Garcilaso para expresar su antiguo dulce amor y el dolor que ahora padece.
También podemos encontrar hipérbaton (Pues en una hora junto me, que por terminos , verme morir entre.)
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La poesía de la que estamos hablando adopta con frecuencia una forma dialéctica, de diálogo del yo poético consigo mismo o con la naturaleza, o de diálogo con terceros. Hay una dramatización de la voz poética que, en parte, está relacionado con la condición racionalista de esta poesía renacentista y, en parte con su concepción idealista e incluso espiritual de la poesía.
El diálogo es uno de los procedimientos retórico empleados para atrapar en los poemas los sentimientos por el patetismo que añaden a la expresión. De este modo es un recurso que se integra en el deseo que tiene esta poesía de conmover. Conectar con la sensibilidad del lector, lograr que su alma se emocione es una prueba de que la emoción ha quedado realmente fijada en el poema gracias al talento con el que el poeta domina todos los secretos de su arte. La emoción es comunicable. El arte lo ha hecho posible.
Garcilaso de la Vega haba en este poema con unas prendas (¿una cinta, unos cabellos?) que en su día le dio su amada, acto que él interpretó como una señal de esperanza que luego ha visto definitivamente frustrada.
Como ya hemos señalado, el poema es una construcción racional del espíritu, una manifestación racional y material de la belleza ideal, y la razón es dialéctica en el sentido platónico: diálogo, controversia racional entre diversos puntos de vista. La dialéctica sólo puede desarrollarse mediante la confrontación de puntos de vista opuestos.
Los sentimientos, las emociones y las sensaciones son sometidos a un examen racional que suele desembocar en el diálogo como forma discursiva del poema renacentista o barroco.
También hemos apuntado ya que la estructura semántica de estos poema suele ser la de una afirmación y su demostración (que, según apuntamos puede materializarse de muy diversos modos: (causa-efecto, comparaciones, alegorías, presente-pasado…).
El soporte dramatizado, el diálogo, se usa con relativa frecuencia también como estrategia de razonamiento emocional y poético y como pauta compositiva del poema.
Este diálogo, como hemos apuntado, puede ser simplemente una dramatización del propio yo poético que se “descompone” en partes para diseccionar sus sentimientos. La sensación teatral queda acentuada porque muchas veces estos alter egos adquieren casi estatuto de personajes.
El yo poético puede hablar con su fuego, con su esperanza, con sus celos,con su tormento, con su corazón, con su alma, con sus ojos, con su poesía…O puede hablar con los cabellos de la dama con una flor que tienen en el pelo, con su corazón, con su mirada…
Otras veces, el yo poético habla con un amigo, con un consejero, con algún personaje histórico o con otro desdichado cuyo papel puede limitarse al de un testigo mudo que actúa de simple espejo de sus reflexiones y lamentos o ser un contrapunto del yo poético.